Fresco en Lüen, Suiza, sobre un infanticidio masivo. Es el famoso infanticidio del año dos de nuestra era, llamado de los Santos Inocentes cuando el rey Herodes (a la derecha del fresco) ordena matar a todos los niños menores de 2 años en Judea por envidia del nacimiento de Jesucristo, quien se profetizaba sería Rey de los Judíos.
La criminología reconoce varias formas de asesinato no paternal de niños.[2] En muchas sociedades pasadas ciertas formas de infanticidio eran consideradas permisibles, mientras que en la mayoría de las sociedades modernas se considera a la práctica inmoral y criminal. No obstante, aún sucede — en el mundo occidental generalmente debido a la enfermedad mental de alguno de los padres o conductas violentas, y en algunos países pobres como una forma de control de la población, algunas veces con aceptación social.[3][4][5]
Si bien el número exacto varía en función del país y de las diferentes culturas, se mantiene la tendencia de que la mayoría de infanticidios son cometidos por las madres. Concretamente el 70% de los filicidios y el 95% de los neonaticidios son cometidos por las mujeres.[6][7]
↑Prólogo de Rafael Ceballos Atienza en Ambrosio Tardieu Estudio médico-legal sobre el infanticidio, 1883, ed. 2010, Formación Alcalá, 978-84-9891-316-3, pág. 9